Foto: I.M., Paseando por Tršić, Serbia, no muy lejos de la frontera Bosnia, 2011
Una
historia apasionante
ISABEL NÚÑEZ
Clara Usón
La hija del Este
Seix Barral
447 Páginas
19,50 EUROS
Ana Mladić, alumna brillante de medicina, hija del
general y criminal de guerra balcánico Ratko Mladić, se pegó un tiro con la pistola favorita de su
padre, a los 23 años, tras un viaje a Moscú. Es inevitable preguntarse si su
gesto iba asociado a las atrocidades de su padre.
Clara Usón (Barcelona, 1961), premio Biblioteca Breve con Corazón de Napalm (2009), fabula sobre el
personaje en La hija del Este.
Sin duda es su novela más ambiciosa, no sólo por la ingente documentación histórica
y cotidiana: sitúa la pérdida de la inocencia en la guerra que fragmentó la
antigua Yugoslavia e intenta entender las razones del conflicto.
La estructura es clave: sola, la voz de Ana Mladić,
inocente, cargada de estereotipos, sería asfixiante. Pero otra voz más libre, la
de un judío serbocroata, retrata con humor negro östeuropeo una galería de héroes bélicos y se cruza vitalmente con
la protagonista y su padre.
El viaje de Ana a Moscú, la visión mítica del padre patriarcal como
hombre sensible, los amoríos de Ana y sus amigos se dibujan en la primera
parte. Y la otra voz, misteriosa y cínica, cobra fuerza. Así se compone el libro, y es
el primer logro de La hija del Este,
ese escenario tan intenso de las novelas que cuentan cómo un país se contagia
de la locura colectiva, cómo se gesta un genocidio o la orgía de violencia que
según Durkheim es la guerra. Como Isherwood en Adiós a Berlín o Katherine Anne Porter en La nave de los locos.
Cada personaje, por razones personales y familiares, reacciona ante la
guerra y los que parecían pacíficos liberan al monstruo que les habita. Mostrar
la ambivalente complejidad de la condición humana –ese padre adorado revelado como
un sádico brutal, que al día siguiente del suicidio de su hija dirigirá la
matanza de Srebrenica ante la pasividad de los cascos azules holandeses—, es el
segundo gran logro de la novela.
El tercero, estructural, es que una historia cuyo final conocemos
desde el principio –el tiro en la sien de Ana Mladić— se vuelva más excitante a medida que avanza.
¿Qué esperamos de una novela? ¿Que nos transporte y nos permita
pensar, no solo en los Balcanes, sino en nosotros? Clara Usón lo logra en La hija del Este, sin dejar nunca de
entretener al lector. La que nos cuenta es una historia amarga, pero tan bien
ritmada que resulta apasionante.