Foto: I.N. Árboles de Bruselas, diciembre 2008
Locamente
ISABEL NÚÑEZ
Daniel Handler (San Francisco, 1970) triunfó con libros juveniles, con la “Serie de catastróficas desdichas” (El hospital hostil y La villa vil, publicadas aquí por Tusquets), y después escribió varias novelas de adultos. En el dorso de portada se dice que Adverbios es una novela. Y es que en estos relatos hay algunos hilos, hebras enredadas, personajes que se repiten y otros que toman sus nombres pero no son, ¿o sí?, y canciones recurrentes (Oh yes, baby, yes) y obsesiones que parecen sacadas de cuentos de hadas crueles, como las urracas que van apareciendo y desapareciendo, o la inminencia del terremoto, y el posible estallido de un volcán, y la paranoia terrorista y la urgencia del dinero. Pero esos hilos que confunden y se ríen del lector no llegan nunca, a mi juicio, a construir una novela.
El libro es irregular, pero tiene momentos –y cuentos enteros— de una ingeniosa y honda melancolía, unida a esa voz irónica que nunca deja de burlarse. Trata del amor, que casi siempre se traduce en desencuentros, celos, platonismos, atracciones y persecuciones sin reciprocidad; en definitiva: amor que duele. Y todo introducido por adverbios (en castellano unificados con la terminación mente) que titulan los cuentos, adverbios que ofrecen el contexto irónico-paródico de todo. (En “Realmente”, el autor habla de sus cuentos). Un pasajero se enamora del taxista, que huye de él. Una escritora británica se ve atrapada en San Francisco, donde cualquier cosa cuesta millones de dólares –incluso un taxi—, bloqueada (sólo logra dos versiones de una frase) y celosa de la ex novia de su marido. Una joven acompaña a su amiga agonizante, de una rara enfermedad, en un itinerario loco. La ex novia de un hombre se convierte en Reina de las Nieves, con poderes sobrenaturales. El cartero, una vecina y un transeúnte acosan a un joven de quien se han enamorado a primera vista. Una pareja que hace el amor en un bosque topa con dos amigos, uno con una pierna destrozada de una caída y el otro, un ex novio de ella… Y en medio de ese desfile doloroso y burlón de personajes que nos confunden con sus autorreferencias, nombres repetidos, canciones, y las obsesiones del autor como imágenes de una poética propia, es difícil no admirar el talento de Handler, que se desvela a medida que avanza el libro.
Daniel Handler
Adverbios
Tusquets
Traducción de Victoria Alonso Blanco
320 PÁGINAS
17,31 EUROS