miércoles, 8 de junio de 2005

Reseña de Eduardo Berti en La Vanguardia




Foto: I.N., Londres, 2012
Novela
A vueltas con un personaje de Borges
Un hombre y su esposa conciben el proyecto de un libro donde se unirían todos los Funes existentes

ISABEL NÚÑEZ - 08/06/2005

Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) ha colaborado como periodista y crítico literario en los principales periódicos argentinos. Ha publicado dos libros de relatos, Los pájaros y La vida imposible, y dos novelas, Agua y La mujer de Wakefield, galardonados con diversos premios literarios y con gran éxito de crítica, además de los elogios de Alberto Manguel y Rodrigo Fresán. Todos los Funes fue finalista del premio Herralde de Novela 2004. 
Hijo de una mujer francesa y un misterioso tanguero rioplatense, Jean-Yves Funès es especialista en literaturas latinoamericanas y toda su vida ha estado marcada por la circunstancia de su apellido borgiano (Funes el memorioso), acentuado a la francesa por el gesto fortuito de su abuela gala. Su mujer ha sido una alumna atraída a su curso por el mismo nombre literario y ambos han concebido el proyecto de un libro donde se unirían todos los personajes llamados Funes, partiendo del insomne memorioso de Borges, para pasar por otros tantos de Bioy Casares, Cortázar, Roa Bastos, Horacio Quiroga o Umberto Constantini, y sin negar siquiera la referencia al grotesco Louis de Funès. Ya viejo, viudo y enfermo, Funès viaja de París a Lyon para asistir a un congreso y allí sigue tropezándose con otros tantos Funes vivos e insólitos, en un itinerario casi onírico, con ciego homérico incluido, entre su debilidad física, la memoria obsesiva que motiva su renuncia a la escritura, los sueños borgianos del libro no escrito o que no hará falta escribir, los fantasmas y el pesado secreto, nunca revelado, de su simulación. Acechándole también, como un espectro (borgiano) más junto a la muerte, la paranoia de múltiples e insólitos plagiarios que amenazan con escribir y publicar el libro que él nunca llegó a terminar.
Todos los Funes está narrado con una fluidez sorprendente, ágil, ligera y brillante, que arrastra al lector imperceptiblemente hasta el final, sin perder nunca el pulso, la gracia o la firmeza. Berti utiliza con humor la estrategia borgiana de la metaliteratura, aprovechando para sembrar por todas partes sus guiños cómplices a los distintos narradores argentinos en un relato eficaz y placentero. |