miércoles, 3 de octubre de 2012

Mi artículo de Saadat Hassan Manto en el Cultura/s


Foto: Jorge Pardo, Vista del Tulsi Ghat, desde el Ganges, India, 2012

Narrativa

Un descubrimiento
ISABEL NÚÑEZ

Saadat Hasan Manto
Toba Tek Singh
CONTRASEÑA
208 PÁGINAS
16,90 EUROS

         Saadat Tek Singh (Punyab, India, 2012- Lahore, 1955) puede considerarse un renovador de la literatura en urdu. Autor prolífico de más de doscientos relatos, una novela, guiones de cine y radio y ensayos, abandonó la Universidad de Amritsar y se trasladó a Bombay. En 1947, la dramática Partición de la India le atrapó en su época de apogeo y tras muchas dudas, tuvo que acabar emigrando a Lahore, Pakistán, donde la desolación cultural y la estrechez de una sociedad religiosa y fanática le llevó a la bebida.
         Sus relatos, profundamente realistas pero con una poderosa poética personal, están muy lejos de la India exótica y pintoresca de los estereotipos. Manto retrata sin piedad la complejidad social y la violencia de los conflictos étnico-religiosos que llevaron a la Partición y sus personajes son a veces también prostitutas, proxenetas, locos, etc. Su forma de hablar del deseo y de los encuentros amorosos es muy particular, se diría que ahí va más allá y que en ese terreno descubre nuevas claves poéticas y filosóficas para dibujar sus cuentos. La estructura de los relatos es maupassantiana, con finales que dan un giro inesperado a las cosas, sólo que Manto retrata un mundo más violento.
         “Toba Tek Singh” cuenta cómo a raíz de la Partición, se decide trasladar a los internos de un manicomio según su origen religioso: es un ángulo perfecto para señalar el dolor y el delirio que significó esa división del país. En “Olor”, el encuentro del narrador con una joven de las montañas y su misterioso efluvio se asocian en su memoria al balanceo las hojas de pipal bañadas en lluvia. “La bombilla de cien vatios” es un cuento desolador, donde esa luz hiriente y excesiva expresa sesgadamente el horror que reina ahí. Hay cuentos de jóvenes iniciaciones amorosas, como “Humo” y otros esperanzadores e insólitos que se burlan de los prejuicios religiosos y hablan del deseo y la amistad, como “Mozel”, y otros despiadados como “La última voluntad de Gormukh Singh” o “El perro de Titwal”, y cuentos más ligeros, como “En la azotea”.
         En conjunto, un libro esplendoroso y fascinante, que nos llega cuidadosamente traducido del urdu por Rocío Moriones, autora del interesante prólogo, y nos permite descubrir a un autor importante, no sólo en la tradición urdu, sino en la literatura universal. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, muchas gracias. ¿tiene usted una lista de autores a los que habría que leer y el orden en el que debería hacerse? Usted podría hacerlo para las escuelas como guía a seguir. Muchas gracias por lo bien que escribe y lo bien que lee.

Belnu dijo...

Muchísimas gracias, Anónimo, pero eso que me pide es un trabajo, y yo estoy en contra del trabajo gratuito. ;-)

Anónimo dijo...

Yo también estoy en contra, la entiendo muy bien. :)