Foto: I.N., Vía Augusta, 2010
La Vanguardia Cultura/s
Sobrevivir a dos mitos
ISABEL NÚÑEZ
Alexandre Diego Gary
S. o la esperanza de vida
Galaxia Gutenberg
Traducción de Ignacio Vidal-Folch
160 PÁGINAS
17,50 EUROS
Alexandre Diego Gary (1962) es hijo del prolífico novelista francés de origen lituano Romain Gary, dos veces premio Goncourt, y de la fulgurante estrella cinematográfica Jean Seberg, la Juana de Arco de Preminger (que sólo defendió el entonces crítico de la nouvelle vague, François Truffaut), protagonista de la godardiana À bout de souffle, cuyas imágenes de la pareja Seberg-Belmondo por París serían un icono de los sesenta.
Seberg y Gary se suicidaron, uno tras otro.
A. D. Gary, que estudió literatura en la Sorbona y que regenta un café-librería en el Raval barcelonés, llamado significativamente Lletraferit, emprende, treinta años después del suicidio paterno, la batalla eliotiana con las palabras para contar su vida sin contarla. Con un deliberado juego de máscaras y nombres –él es Sébastien Heayes, es “el hombre de San Sebastián”, es David Alejandro...—, expresa esa doble sombra, dos suicidios míticos sobre su vida.
Su talento de escritor, las referencias cultas –a Leiris, a Baudelaire, Mandiargues, Soutine, Welles...—, la ironía y sus juegos de metáforas le sirven en ese forcejeo entre la necesidad de contar y la voluntad de proteger una imagen materna –y paterna— ya quebrada por los paparazzi, por el acoso del FBI, por todos los que, como su último partner, miembro de los Panteras Negras que acabó desvalijándola, contribuyeron al suicidio de la actriz.
Gary dibuja al padre ausente, absorto en su obra, en ese piso lleno de objetos de arte, pintura y libros que él hará desaparecer, para sobrevivir. Traza un perfil discontinuo de la confusión vulnerable de su madre. Habla de “su madre española”, Eugenia, que le enseñó castellano y le ligó a este país. Cuenta su urgencia, durante años, de correr de una amante a otra, como su madre, de refugiarse en ellas, sumergido en alcohol y tranquilizantes, en hoteles y pensiones de Barcelona y París. O la desintoxicación en la clínica de pago, con la ironía analítica que le salva: “mi vida entera era una historia de inseguridad social”.
Una historia fragmentada, con la feliz fotografía inicial, con enigmas e interrogantes, mausoleo imaginario de suicidas, erotismo, arrancamiento y escenas dolorosas de su madre.
Y traductor de lujo, Ignacio Vidal-Folch, como en las dos novelas de Romain Gary recuperadas por Galaxia Gutenberg.
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2 comentarios:
Buenísima reseña e interesantísimos historia y personajes.
Gracias, Bel M., por leerme y por tus palabras generosas
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