miércoles, 21 de mayo de 2008

Reseña en La Vanguardia Cultura/s

Narrativa Felix Krull en Budapest ISABEL NÚÑEZ János Székely (Budapest, 1901 – Berlín, 1958) empezó su andadura de escritor como poeta, luego como guionista y novelista. En los años 30 se fue con Lubitsch a Hollywood (donde ganó un óscar), y acabaría instalándose en Nueva York con su esposa, aunque en la caza de brujas de McCarthy tuvo que huir a México y a Berlín, donde murió. Novela de trasfondo autobiográfico, Tentación cuenta las andanzas de un chico pobre y bastardo en la Hungría de entreguerras, primero en un orfanato rural, luego como botones de un lujoso hotel de Budapest, explotado hasta la extenuación y con su madre desesperada entre el abandono y el hambre. Es inevitable evocar la magnífica novela inacabada de Thomas Mann, Las confesiones del estafador Felix Krull, aunque aquí no es tan importante la caracterización del personaje (el de Mann, un brillante embaucador que sabrá aprovechar su suerte) como la desesperación de la pobreza, la lucha por la existencia, la marginalidad de los pobres, el ascenso del nazismo y al otro lado, la esperanza llena de dudas del comunismo. Algunos críticos han calificado la novela de dickensiana, y sin duda la miseria y los personajes marginados lo son. Pero la escritura no tiene la poética de Dickens, ni el foco tremendo de su mirada, ni su musicalidad expresiva. En esta mezcla de desaliento vital, alcohol y deseos locos, hay momentos de brillo filosófico, y guiños de escritura al lector (como la inclusión de los Székely de Transilvania), y algo de la crueldad y los sueños de Grandes Esperanzas, algo de Dostoievski (la culpa unida a la violencia, la desesperación), y algo de Thomas Mann (el abismo que separa al botones de la dama clienta del hotel, y la fascinación e iniciación erótica con ella o la opción de utilizar los favores sexuales para ascender; aunque ambos protagonistas lo tomen de forma opuesta) y también del John Steinbeck de Las uvas de la ira (aunque estos personajes no están tan definidos ni son tan excéntricos, tan particulares como aquellos, para quedarse para siempre con nosotros). Todos esos hálitos compartidos laten en estas páginas, revisitados…en Budapest. La novela se sitúa allí, justo antes del horror europeo del nazismo y la shoah, bajo el mandato del almirante Horthy, y restituye cinematográficamente la ciudad para nosotros, esa ciudad hermosa, fría y dura para Béla, que no tiene dinero ni para coger el tranvía y se levanta tres horas antes para llegar al hotel, sin desayuno, y durmiéndose en el camino. Esa ciudad llena de porteros filonazis capaces de extorsionar y ocupar rápidamente el lugar de los deshauciados o presos, y del orgullo, el hambre y la rabia de los pobres, y la casi imposibilidad de que el mundo cambie, o los sueños americanos del protagonista. Tentación se lee bien, en una prosa sencilla, y ofrece claves para completar el puzzle europeo de esa época convulsa, con la aportación de un país cuya literatura apenas empieza a conocerse por estos lares. Bien editada, con un espectacular cuadro de Kees Van Dongen en portada (como las hermosas y sutiles acuarelas que ilustraban La Recherche), es una novela muy digna, que palpita con la carga de tristeza, esperanza y terror del siglo XX europeo.
János Székely
Tentación
LUMEN
Traducción de Mária Szijj
782 PÁGINAS
29,90 EUROS

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